Un relevamiento detallado de las soluciones constructivas más habituales de los edificios dejó al descubierto deficiencias importantes. Investigadores del grupo Eficiencia Energética en Edificios (EEE) de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de Córdoba analizaron las formas y materiales utilizados para resolver las fachadas de los edificios en la capital cordobesa y concluyeron que el grado de confort higrotérmico que ofrecen los edificios de calidad es tan malo como el de las construcciones baratas. Estos resultados se podrían extrapolar a buena parte del país, donde las soluciones constructivas y las condiciones bioambientales son similares a las de Córdoba.
El trabajo coordinado por los arquitectos Rogelio Lambertucci, Viviana Riondet y Alicia Rivoira, pudo establecer que con frecuencia se cometen errores graves al diseñar fachadas multicapa. “En general no hay atención a las diferencias en las ganancias de calor según la fachada, no se diseña para la bi estacionalidad y tampoco se reconoce cuál es la situación crítica anual del lugar”, concluye el informe.
A lo largo de la investigación, que se inició en el 2005, se analizaron varias tipologías de edificios de viviendas y educativos , clasificados por períodos (desde 1950 hasta la actualidad), considerando las obras públicas y las privadas.
Con los datos recolectados, los arquitectos organizaron un catálogo de los tipos de envolvente encontrados, clasificándolos en simples o compuestos y según el material con que fueron realizados. El siguiente paso fue calcular en cada caso la transmitancia térmica (K), el riesgo de condensación superficial e intersticial y el costo. Luego, el K obtenido fue comparado con el K mínimo, el recomendado y el ecológico que fijan las normas IRAM. Además, cuando fue posible, los investigadores realizaron mediciones exteriores e interiores de temperatura y humedad y encuestaron a los usuarios.
“El análisis cronológico demostró que, mientras se utilizó el ladrillo común para la construcción de los muros, la masa permitía la inercia y los estándares estuvieron próximos a los aconsejables”, explicó la arquitecta Riondet, días atrás, en el marco del 3° Seminario Internacional Medioambiente, Ahorro Energético e Innovación Tecnológica en Arquitectura, organizado por la Sociedad Central de Arquitectos.
Con el paso de los años, la envolvente monocapa fue reemplazada por una secuencia de capas de materiales de funciones específicas. Aunque tecnológicamente aptos, el problema radica en su incorrecta disposición.
Los técnicos del grupo EEE concluyen que las fallas detectadas se originan cuando los profesionales no interpretan integralmente el sistema envolvente: “Se combinan arbitrariamente superficies aisladas con materiales muy conductores. Por ejemplo, muros aislados con grandes superficies vidriadas , prefabricados con aislación térmica en el panel pero grandes puentes térmicos en los marcos”, explican.
Para los especialistas, los aislantes térmicos, las barreras hidrófugas y los nuevos cerramientos, si no van acompañados de diseños correctos, “estarían agudizando la aparición de nuevas patologías”. Su incorrecta utilización genera condensación superficial e intersticial , un problema que en el relevamiento se detectó con excesiva frecuencia.
Otra patología que se repite son las grietas y fisuras que aceleran la degradación física del cerramiento. Este problema se genera por los movimientos diferenciales de los distintos componentes de un sistema multicapa ocasionados especialmente por deformaciones de origen térmico y mecánico.
Los arquitectos también demostraron con este análisis que algunas soluciones caras tampoco lograron mejorar la performance del cerramiento. Es el caso de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba, por ejemplo, (año 2000): la fachada de hormigón no cumple con el K mínimo y sufre condensación.
“Cada solución podía analizarse en forma teórica muy fácilmente antes de la construcción, del mismo modo que realizamos esta evaluación”, advierten los investigadores. El grupo EEE experimentó con distintas alternativas para las envolventes relevadas llegando a 118 opciones, con muy pocos resultados eficientes para las condiciones medioambientales de Córdoba. Algunos de los que pasaron las pruebas son los bloques de hormigón celular curado, los bloques cerámicos (mínimo 18 cm revocados) y los muros multicapa (revestimientos, aislantes y barrera de vapor). En estos últimos, siempre se debe estudiar cuidadosamente el diseño de los componentes y la secuencia de materiales y de combinaciones, con una aislación de espesor suficiente para la región y con la barrera de vapor correctamente ubicada.
http://www.clarin.com/arquitectura/vez-construye-peor_0_352164806.html